Para
el orfismo[1],
la Noche fue seducida por el Viento y luego de su unión depositó un huevo en el
vientre de la Oscuridad. De aquel huevo nació Eros[2],
quien puso en movimiento al universo, y creó el cielo, la tierra, el sol y la
luna dejando a la triple diosa, la Noche, gobernar hasta que su cetro pasó a manos
de Urano. De acuerdo con los fragmentos órficos 60, 61 y 70 la Noche le llamó,
a Eros, Ericepayo y Protógeno Faetonte y vivía con él en una cueva manifestando
su triple aspecto: Noche, Orden y Justicia. Delante de la cueva que habitaban
se encontraba la inevitable madre Rea quien llamaba la atención de los hombres,
por medio de un tambor de latón, para consultar el oráculo de la diosa.
[1] El orfismo en la religión clásica, era un culto místico de la antigua
Grecia la cual se creía fundada bajo los escritos del legendario poeta y músico
Orfeo. Algunos pasajes poéticos hallados en las sepulturas de los adeptos
órficos en el siglo VI a.C., indican que el orfismo asentaba sus bases en el
mito de Dioniso Zagreo, hijo de las divinidades Zeus y Perséfone.
[2] Para algunos Eros también era conocido con el nombre de Fanes y se
creía que era un ser que poseía ambos sexos, alas doradas, cuatro cabezas, mugía
como un toro o rugía como un león y en ocasiones siseaba como serpiente o
balaba como carnero.
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